La imaginación se conmueve al oír el lejano sonido de la campana de una aldehuela oculta entre árboles. Esos sonidos, que las aguas trasnportan dulcificándolos, toman un tinte de dulce melancolía y de resignación y parecen hablar al hombre, diciéndole: la vida huye, no pongas reparos a la felicidad que se presenta y apresúrate a gozar.
Stendhal
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