cuánto silencio.
habría más ruido en un cementerio.
El
 más pequeño es escándaloso, pero hay días que incluso su escándalo se 
apaga. Supongo que es la maldita vida que a todos nos hace malas 
jugadas. ¿qué quieres?
Y después él, que a base de ausencias hemos aprendido a no saber quién es, ni siquiera a interesarnos. 
Pero al menos yo, tengo mil voces en mi cabeza. Ningún confort.  Es mi misma voz confundida, se contradice, se altera, planea, se espanta y por ahora, no me deja dormir.