jueves, 23 de octubre de 2008

los dos ermitaños



En una remota montaña moraban dos ermitaños que rendían culto a Dios y se amaban uno al otro.
Ahora bien, estos dos ermitaños poseían un plato de barro, el cual era la única cosa que poseían.
Cierto día, en el corazón del ermitaño más viejo penetró un espítitu malo, y el anciano, dirigiéndose al más joven le dijo: "Hace ya bastante tiempo que tenemos de vivir juntos. Ha llegado el momento de separarnos. Por lo tanto, es tiempo de dividir nuestras pertenencias".
Al oír esto, el ermitaño más joven se puso triste y dijo : " Hermano mío, me apena mucho que tengas que dejarme. Pero ya que esto es necesario, que así sea". Y fue por el plato de barro y se lo dió a su compañero diciéndole: "No es posible repartirla hermano, que sea para tí".
El anciano ermitaño replicó: "No acepto tu caridad. Tomaré únicamente lo que me corresponde. Es necesario partirla".
Y el ermitaño joven razonó: "Si rompemos el plato, no nos servirá a ninguno de los dos. Si quieres podemos jugar a la suerte".
Pero el ermitaño anciano, insistió en su afán: "Sólo tomaré lo que en justicia me corresponde, y no fiaré ni mis derechos a la suerte. El plato debe partirse".
El ermitaño joven, observando que sus razones no valían dijo: "Está bien, si ese es tu deseo, y si te niegas a aceptar el plato, rompámoslo, y repartámoslo.
Pero entonces el rostro del ermitaño más viejo se alteró por la ira, y gritó: "¡Ah, maldito miedoso! no te atreves a pelear, ¿eh?".

Gibran Jalil Gibran

I'll do my best.

1 comentario:

Benjamín Téllez dijo...

Estas tres últimas entradas me parece que se conectan fundamentalmente. Si ese es el caso te ¡felicito!